Consejos de apoyo psicológico para después de un terremoto.
Apenas estábamos intentando reponernos del desastre natural que significó el sismo del 7 de septiembre en estados como Puebla, Tabasco, Chiapas o Oaxaca... Juchitán quedó prácticamente en ruinas... cuando el 19 de septiembre pasado, a 32 años justos de los sismos que en 1985 redujeron la Ciudad de México a escombros, otro terremoto vino a sacudirnos el cuerpo y la entraña en Morelos, la Ciudad de México y, nuevamente, Puebla.
Recomendaciones, nombres de alimentos enlatados y medicamentos, listas de enseres, direcciones de albergues y hospitales o nombres de personas desaparecidas y/u hospitalizadas han ido y venido en las redes sociales para apoyar a la gente cuyas vidas, familias y pertenencias han sido tocadas por la tragedia. No obstante, poco se ha hablado del apoyo que irá haciéndose más importante brindar, conforme el cansancio vaya haciendo mella en el ánimo y la esperanza de rescatistas, voluntarios y personas damnificadas: el apoyo psicológico.
Instituciones públicas y privadas, como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) o el Instituto de Psicoterapia Gestalt, Corporal y Transpersonal (IGECORET), han comenzado a difundir números telefónicos de especialistas y profesionales que podrán hacer trabajo de escucha y atención psicológica; no dejen de acudir a ellas y ellos, es importante. No obstante, mientras hacen contacto con la ayuda profesional más cercana, compartimos el siguiente listado de consejos elaborado por el Centro de Estudios en Psicoterapia Corporal Biodinámica México.
Foto: AP
CONSEJOS DE APOYO PSICOLÓGICO PARA DESPUÉS DE UN TERREMOTO
El chocolate es un buen ansiolítico, así como comer chicle; leche caliente igual sirve.
No juegue a ser psicólogo. Sólo dé apoyo, escuche los lamentos en silencio y de cariño.
Parece broma, pero no lo es: acuérdese de orinar y evacuar. En estos momentos eso se olvida y puede enfermarse.
Mientras pasan lo días, el miedo aumenta, no disminuye; así que es importante, en lo que se pueda, buscar ayuda psicológica.
Si se va la luz, tómelo con calma y espere a que vuelva; aunque no lo crea, ver el cielo estrellado relaja mucho.
Para el pensamiento positivo en estos momentos, estimule la expresión y la calma; no vaya mas allá.
No hay ningún consuelo que sirva en momentos como estos, así que no lo dé; sólo dé apoyo, cariño y comprensión.
Es importante que la familia esté junta; eso produce tranquilidad y sentido de supervivencia.
Si la atención médica recomienda ansiolíticos, debe tranquilizársele a usted o a su familiar con respecto a los efectos de los mismos.
No se deben dar falsas esperanzas, es importante mantener el realismo; en este tipo de situaciones la realidad es el mejor consuelo.
Si no puede dormir, utilice métodos que descansen la mente (música, rosarios, mantras, etc).
Si al intentar dormir sobrevienen imágenes del terremoto, levántese, camine, grite (usando una almohada), hable del tema.
Si usted tiene creencias religiosas busque apoyo en su fe; pero, eso sí, nada de atribuir culpas.
Es importante conservar recuerdos de la gente que está desaparecida; da un sentido de presencia.
En momentos de crisis los problemas estomacales abundan, tome mucha agua y coma poco.
Si quiere gritar, hágalo sobre una almohada (así evita pánico en otros); no evite gritar.
Una técnica para lograr dormir en la noche es tensar duro el cuerpo durante 7 segundos y aflojar. Repetir 20 veces.
Los pensamientos sobre el futuro deben limitarse a lo inmediato. Luego se vera. Por ahora, salga de la crisis.
Ante las replicas sísmicas conserve la calma. Es difícil, pero la angustia es peor en estos casos.
A los niños hábleles sobre lo que pasó. Ellos no mostrarán emociones profundas, pero procesarán la información que usted les de.
Se debe estimular que el manejo de la crisis es día a día. Evitar pensamientos sobre futuro.
A la hora de una crisis de ansiedad respire profundamente por la nariz, aguante unos segundos y exhale por la boca.
Es fundamental dar apoyo a las y los ancianos; ellas y ellos manejan mejor la muerte, pero no la incertidumbre. Deles apoyo y cariño.
Es importante hablar, no frene el que las personas hablen sobre su tragedia.
En estos momentos los pensamientos recurrentes (obsesivos) invaden; es recomendable hablar sobre ellos.
Busque estimular que las niñas y los niños canten y jueguen. No es una evitación (caso adulto) es catarsis infantil.
Es urgente que las personas duerman pegadas unas a otras; en momentos como estos, la necesidad de contacto es fundamental.
Es importante no atribuir catástrofe a un castigo divino o elementos que generen culpa.
Impulse la creación de grupos donde se hable del terremoto; es fundamental que la gente se exprese.
Es importante asistir a las personas que tienen familiares desaparecidos; pero, no dé aliento, asístalas en silencio y apoyo: el aliento desespera.
Si va a hacer oraciones, utilice un rosario; así relentizará los posibles pensamientos obsesivos.
Es recomendable, en casos de crisis severas de ansiedad, mojar la cabeza con agua fría o caminar.
Es importante que a las niñas y los niños se les duerma hablándoles: deben sentir la seguridad de sus seres queridos.
Estimule el sueño por medio de visualizaciones creativas; no dormir es fatal para la ansiedad.
Es importante el manejo del llanto: no debe pararse, más bien, darle apoyo. La abreacción (descarga de emociones y afectos ligados a experiencias penosas o dolorosas que pudieran ser reprimidas) es importante.
A las niñas y los niños se les debe invitar a dibujar los efectos del terremoto. La simbolización les ayuda a bajar la ansiedad.
Es importante hacer que las víctimas del terremoto hablen lo más posible de la tragedia. Es importante la catarsis.